sábado, 26 de mayo de 2012

Por qué escribo

Glaciar Perito Moreno, Patagonia Argentina. 
Escribir es una manera traviesa de romperle los bolsillos al tiempo y perderle sus horas.
Tal vez es un impulso demoníaco incontrolable,
para convertir los amores en escritura, como hacía Henry Miller.

Escribo los paisajes de mis viajes,
o el viento marino que trato de robar en cada uno y retenerlo en mis pulmones.
Retratar recuerdos únicos en la memoria,
o personas desapercibidas que valen la pena para este mundo.

El rocío matutino mecido por olas blancas, baña los pies de los turistas,
las palabras se dejan caer en las almas inesperadas como botellas al mar.
Aroma a flores y canela, sol de invierno inspirador de letras.

Pétalos quemados, soplo de un silbido envuelto en canción, que miro sin apuro.
Escribo condensando la cultura entera de los simples mortales,
de las sonrisas en las calles uruguayas salpicadas de rambla,
o de las montañas frías nevadas de Chile.

Escribo en el idioma perfecto para la poesía.
Tal vez porque creo que te gusta. O para encontrarte.
Y hacerle trampa al tiempo.

sábado, 5 de mayo de 2012

Y cambiaba vidas

José tomaba un jugo disfrutando el frescor nocturno dominical de fines de verano.
 
 
-Termino de trabajar a las 9 de la noche muchas veces. Pero me voy a dormir tranquilo.
-Cada día en tu trabajo entonces cambiás vidas.
 
 
Al otro día lo esperaba Cañal, su pueblo adoptivo chileno. Sus jóvenes voluntarios, que irían a las comunas más humildes a dedicarles su tiempo en educación. José tenía la responsabilidad de guiarlos. Torció su cabeza y sus rulos se movieron graciosamente. Sonrió en paz.

-A veces el trabajo es duro, pero todos los días me levanto temprano, con ánimos de trabajar al máximo.
Le quedaba un largo trayecto de ómnibus. Tomó su mochila y caminó al metro. Su labor en el mundo era tan importante, que no había sueño ni horas de ruta que le dificultaran moverse. Quería terminar su viaje en su Colombia natal, tratando de que fuera un lugar mejor para vivir.